viernes, 10 de abril de 2020

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Un nuevo día no es suficiente y por tanto no es necesario. La juventud no es suficiente ni necesaria, ni las recompensas ni los destrozos de ésta tampoco, ni el dolor de estos destrozos: las copas rotas contra el suelo, de los demás desperdicios estancados -fermentados y enciclados- que no mencionaré. Los niños que caminan como ciervos desprotegidos sobre el manto cenizo que esconde sin esmero agujas y filos, dientes retorcidos entre los escombros. No basta el corte en las palmas y plantas, ni la infección en la carne inocente. Protégeles pues no es necesario ese dolor. Las advertencias de las madres no son suficientes, las escapadas de los bautizados hacia la boca eléctrica revestida de plástico y estrecheces con el interés de proteger a los dedos obolongos de sí mismos. El maluso no es suficiente en esto pero sí necesario. El niño que espera despierto en la noche a que duerma su familia para gatear hasta el enchufe del pasillo y meter allí los dedos no basta, la descarga eléctrica imaginaria no basta: es sólo cuando su familia huele en sueñños el olor a carne chamuscada que es suficiente. Sueña entonces con ello y no lo causes en tu vigilia pues no es necesario. Es sólo con el humo que es suficiente, con el fósforo envuelto en plata que se enciende y es olido por los padres. Con el miedo a estar amamantando a una bestia es que comienza a ser suficiente. Es con el hedor que se despierta en la profundidad el movimiento necesario del subsuelo. Comienza a ser suficiente con las palabras femeninas que dejan sin aliento a su madre, a su hija y a su esposa. Es lo que demanda tabaco, el humo que es la condena del fuego. Es que el fuego que mueve los barcos de sí mismos sobre el mar, el hambre que mueve al águila a volar por el cielo con la mirada clavada en la tierra. No es suficiente la caída en picado, es que es la suspensión ingrávida que comienza a ser suficiente, ni es suficiente el despegarse del suelo. 

Pirómanos son mis bastardos, su arte no me interesa más que por la intoxicación que produce en los desconocidos. Que esta intoxicación es la que te permite abrir la puerta que es lo suficiente. Y de esta intoxicación entonces busca el camino hacia el Sol Negro, germen de toda consciencia humana que es revestido -por incapacidad- de mantos y más mantos. De cenizas y más cenizas donde son enterrados los esqueletos óseos de las larvas, son 4 muertos y 1 gimiente. Camina tú hacia el Sol Negro que sólo se encuentra más allá de la noche más oscura. Es que en los vivos esto es desconocido: sólo escuchan la interpretación que sus maestros ignorantes de la noche dan a los ecos incomprensibles que llegan hasta sus cuerpos. Y es que estas palabras apuntan a un lugar previo a sí mismas, escúchalas sólo dentro de ti porque tus maestros te engañan en esto por necesidad. Cobijo oscuro fue necesario para dar a Luz, no te engaño porque no puedo. porque no hay engaño posible que pueda hacerse previo a sí mismo. No es fe lo necesario. 

Es que lo necesario es que es necesario. Y yo no busco lo necesario aquí, es que busco entonces sólo el no ser. Estoy atrapado aquí en soledad, pues sólo estoy aquí como cáscara hueca. Es que yo recuerdo, a pesar de que el olvido aquí sea necesario. ando por el límite y me disparan por ambos lados. yo no voy a esquivarte, busco quien no me esquive. Es que a quienes recordamos nos preguntan qué sucede que nos deja ausentes. Y es que no sucede nada, es que ya sucedió y ud. no lo recuerda. Así es, Así es que debo alejarme del dolor que provoca la inexperiencia, así es que no puedo bajo ningún concepto devolver con la misma moneda pues vivimos en el reino de la mentira. y las monedas con que nos pagan son falsas y con las que yo les pagué no lo son. y es que eso no es culpa de nadie ahora lo veo, es que eso es así porque vivimos en el reino de la mentira. Marcho entonces de aquí , espero se me comprenda que no es malicia mi abandono sino que mi abandono es la moneda falsa con que pago mi deuda a la Mentira de aquí. Sé bien -desde hace poco- que no es necesario marchar a la oscuridad absoluta como respuesta a la Primera Gran Decepción. Que si marché hacia la tierra de los muertos es porque el Sol no fue suficiente y caí en el espacio entre el Sol y la Luz que éste emite. Sé ahora que fracasé en mi búsqueda de Dios, y lo que encontré fue un mundo oscuro que aceptó mis heridas e incluso me recompensó por ellas. Donde ya nadie me prometió falsedades, y por eso nadie me recordó que la Luz existía. Porque mi destino no es la Luz porque mi destino es inefable, y la oscuridad me protegió de mí mismo. Allí en lo oscuro fue que comprendí el Sol de los vivos, y al Sol de los vivos es que regreso ahora porque no volveré a caer en el agujero que hay entre el Sol y la Luz pues ahora sé que allí no puede albergarse ninguna falsedad.



Información sobre el Sol Negro o la iluminación ofuscada: se accede a él desde el núcleo del pensamiento simbólico. Es la consciencia no atada aún a la Luz. La puerta al Sol Negro es el mecanismo metaorgánico con el venimos los humanos de serie y que revestimos continuamente con capas y más capas de certezas. Los momentos de locura en que se establecen relaciones delirantes entre hechos independientes son puerta al Sol Negro pues dejan entrever que más allá de las contingencias (a falta de una palabra mejor) hay una energía. Esos momentos en los que se piensa usando el mismo mecanismo de siempre (pensamiento simbólico) pero sin las mismas bases emocionales de siempre. Es el sol sin emociones estables que lo abalen. Es un estadio primitivo de la consciencia humana despegado por completo de la estabilidad emocional. 

Un acceso al Sol Negro: se debe partir desde la desolación de la creación caída y errónea. Desde allí se ha de tomar la senda del Diablo y llegar hasta su final, no hay necesidad de desviarse en este camino porque las consecuencias de ello son catastróficas. Esta senda del Diablo puede encontrarse pues es inmediatamente superior a la Iluminación Tóxica (aquello en que se parecen un pulpo y un Sol) que conecta la desolación de la creación caída y errónea con el deseo sexual inconsciente. Es decir: se debe partir de la qliffa Samael y caminar el sendero de Ayin (el Ojo) hasta llegar a Thagirion.

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